Si lo miras bien, su belleza no tiene límites, sus flores parecen de papel, tan delicadas y tiernas que necesitan de miles de guardianes para permanecer allí tan sólo un instante.
Efímero el tiempo, efímera su vida es, aguarda todo un año para florecer y demostrar toda su belleza y esplendor, así es la naturaleza, siempre hay color e inspiración.
EL CACTUS DE VICENTINA
Óleo sobre tabla 45x38.
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